La necesidad del saber

Desde el principio de los tiempos, los humanos han necesitado buscar respuestas a los fenómenos que veían a su alrededor. Al principio nadie tenía una explicación que pudiera ser demostrada, hasta que con el paso del tiempo hemos llegado a conocer todo tipo de fenómenos que en la antigüedad no podían llegar ni a imaginarse. 

Los humanos tenemos la necesidad de saber por qué ocurren las cosas, por lo que intentamos buscar respuestas a todo lo que nos rodea y para ello usamos todo tipo de tecnologías. Hoy en día, si no comprendemos algo, tenemos la posibilidad de buscar en internet e intentar resolver así esa duda. Esto podría llegar a ser un problema grave, ya que hay veces que si no usamos "Google" para encontrar la solución a algo que no entendemos, no podemos llegar a sacar nuestras propias conclusiones.

Cuanta más evolución hay en el mundo de la tecnología, se crean más artilugíos que producen dependencia en la personas. Estamos llegando a un punto en el que la sobreinformación es clara. Un problema que surge a raíz de la necesidad de informarse mucho y sobre todo, que nos lleva a no llegar a comprender la clave de la cuestión, ya que se nos cuentan muchos datos que no nos llevan a sacar las conclusiones necesarias.

Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que la necesidad del saber de los hombres puede llegar a ser usada en nuestra contra, ya sea de una manera intencionada o por propia casualidad. Este es un fenómeno del que no sabemos mucho, pero que está empezando a preocupar a muchos expertos ya que hay claros síntomas de manipulación. Definitivamente, esa sobreinformación se convierte en desinformación.

En un mundo globalizado, en el que es prácticamente necesario enterarse de lo que ocurre en varias partes del planeta el mismo día, este problema se agrava más. Incluso pudiendo llegar a comprender mejor lo que ocurre en otros sitios que dentro de nuestro propio país. Y es que hay días en los que se escucha más hablar en los telediarios de noticias de otros países, dejando a un lado lo importante y lo que realmente nos afecta en el día a día.